Pienso que el camino para descubrir quién eres, que transmites, que te gusta, que te representa y cuál es tu estilo personal, es de los más complicados que podemos experimentar.
Piénsalo, nuestras decisiones, gustos, y formas se encuentran influenciados por nuestro entorno.
En este camino para encontrar mi verdadero ser, me he topado con "te ves ridícula", "luces gorda", "eso no te queda", "tú no puedes usar eso", "vístete decente", "eres una copia" y muchas otras que prefiero omitir porque estas líneas no están dedicadas a las malas vibras.
¿Cómo supere todo esto? ¡No lo haces! Por lo menos, no por completo. Cada día te levantas e intentas ser tu mejor versión, una que te haga sentir cómplice con tu cuerpo.
Te voy a decir cómo fue que he tenido que mirar hacia dentro de mí y reconocer quién soy, que me gusta, que me hace sentir bien conmigo misma y sobre todo con mi cuerpo.
Seguido se acercan a mí para preguntarme: "Monse, ¿cómo le haces para armar tus looks diarios?, ¿Cómo encontraste tu estilo?, ¡Me encantaría vestirme como tú, pero no puedo!."
Hace algunos años, en la preparatoria y principios de universidad, mi vestimenta se vio influenciada por mi entorno y más específicamente por las personas de mi entorno.
Quería ser alguien o parecerme a alguien que claramente no era, y ¿sabes qué es lo peor? En ese lapso de tiempo solo logré dañar mi autoestima por completo. No podía dejar de compararme con el resto.
Fue justamente en pandemia que mi vida giro por completo, solo necesite unos meses de encierro para poner en primer lugar mi salud y mi cabecita.
Comencé a experimentar más con prendas de mi mamá, mi abuelita, incluso de mi hermano y me di cuenta de que no tenía un estilo, era más bien algo como varios estilos en uno. Me autonombre una catadora de estilos.
Sí, mi vida es un constante personaje, honestamente.
Comencé a escuchar más a mi instinto, a mi niño interior, a ese sentir que te dice "ahí es". Me dejé llevar por mis cambios de humor, mis aspiraciones, mi lado creativo y mis ganas de comerme al mundo.
Si te encuentras buscando quién eres, que te gusta y que te representa, te voy a dar los consejos más honestos que pueden salir de lo más profundo de mi ser.
Escucha a tu niño interior, solo así podrás animarte a probar varios estilos y experimentar con la ropa. Es como prueba y error hasta encontrar algo que encaje con tu piel y con tu esencia.
Otro punto importante que descubrí hace poco y que me hace sentir de maravilla, es la ropa que no tiene género. Si supieras las incontables veces que he asaltado el armario de mi hermano o de mi abuelito, te mueres.
¡Explora!
Remember this, no es malo usar tendencias siempre y cuando sean prendas que te gusten, te motiven y digan quién eres tú.
Mantente en constante movimiento, explora una y otra vez, prueba, prueba y prueba hasta encontrar algo que le grite al mundo, ¡this is me!
Por último y no menos importante, viste por y para ti, no para el resto, me lo vas a agradecer.
Divierte, recuerda que la ropa es una forma de comunicar cuando las palabras no fluyen.
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